sábado, 16 de abril de 2016

Todo silencio

La mente rige al cuerpo y al destino, de pronto descubro que mi mente es prostituta y traidora, pues mi destino continúa solitario y perturbado.

Luego miro el destino de otras personas y me arrepiento de mis palabras, pues observo como su vida tiende a ser más perturbadora que la mía.

Veces se ríe bien fuerte, veces se llora con el sentimiento más profundo que jamás habría imaginado. Realmente la vida es así y pese a que el tiempo cambia, mi vida cambia, mi cuerpo cambia, eso siempre suele ser así.

No comprendo como filósofos y eruditos hablan de la transformación constante, de la transmutación de la vida, incluso de la evolución. Cuando siempre sucede lo mismo, veces ríes, veces lloras.

Algún día ese interminable ciclo acabará?

Será que algún día las personas le dediquen más tiempo al reír y menos al llorar?

Sería genial que de un momento a otro todo comenzara a ser perfecto y se tornara perfecto, pero eso, ahora lo se, jamás pasará.

Muchas de las cosas que mi mente me contara, ahora resulta que fueron mentiras contadas por algo perverso en mi interior. Esas historias mitológicas totalmente falsas que acuñara mi mente, incluso mi cuerpo. Tal vez será momento de madurar y como buen adulto enterrar toda esa fantasía inútil que brota palabra a palabra desde mi ser. Me dedicaré a ser una persona normal la segunda parte de mi vida, espero que eso sea mejor estrategia que la primera, aquella en donde dediqué tiempo a ser extraordinaria y buscar ese mundo perfecto.

Creo que me ha faltado realidad y me ha sobrado fantasía, creo que las emociones deberán brotar ahora a través del silencio, que es ahí en donde se debieron quedar todos esos sueños.

Es momento de crecer, sonreír solo por una flor y dejar de buscarle más significado a ella. Solo ver la flor y ya.

Del amor? Mejor no hablaré más del tema. No es una facultad que la vida me haya otorgado y lo acepto. Mi acción eunuca femenina deberá tener alguna clase de resultado.

Hay que apagar la luz, centrar la mente, esperar que todo quede en silencio, para luego simplemente estar. Y eso, eso es lo que pienso hacer.

Mis mariposas

Una mariposa se poso en mi mente, sentí como me aleteaba, como si al posarse ahí, mis labios tocaran los tuyos, pero solo era una mariposa imaginaria, que me revoloteaba blanca en mi alma, esta hermosa mariposa atrajo a otras más. Entrando por cientos a mi estómago, haciendo un “merequetengue” abrumante de mi pensamiento.


De pronto pude ver una mano en mi rostro, me tocaba, me sentía. Poco a poco esa mano recorría mi mejilla, haciéndose de la sensación tersa de mi piel que magnética, erizada, abrumada, buscaba tu mirada, pero no la encontré solo sentí el calor dulce de tus dedos.

Cuando mi mariposa imaginaria se fue, un leve rayo del sol toco mi mano, siguiendo su calor, al fin pude imaginar tu mirada.